lunes, 19 de diciembre de 2016

La voz de una huella

Lo cierto es que le quise.
No puedo negarlo
porque moldeé mi cuerpo
para que encajáramos.
Yo me deshice,
sin tener en cuenta los límites,
para contener a otro.
Así fue como apareció este hueco.
Hay que estar enamorado para convertirse en plastilina
¿sabes?
Entonces te transformas,
y cuando se va nada vuelve a su sitio.
Somos barro y el desamor nos seca.
Así fue como apareció este hueco.
Debes saber que ahora
él y yo somos esto,
y no tengo intención de cambiarlo.
No quiero a alguien que llene mis vacíos,
si acaso,
alguien a quien no le importen
y encuentre su espacio entre todos ellos.
Creo que es la única manera de que las heridas abandonen su murmullo.
Cuando un nuevo amor habla,
las cicatrices se apagan en silencio.

lunes, 28 de noviembre de 2016

A tu ritmo

Tengo una idea
envuelta en un silencio blanco,
una gota roja acusadora
que brota de mi mano
y el sabor a hierro
de todos los cuerpos vencidos,
en los labios.
Tal vez no lo imaginé;
he amado.
La mentira ha sido una espina
arrancada de cuajo.
Y hoy soy la respuesta
de todo el que una vez creyó en algo: 
si la verdad no existió fue
porque no supiste verla.
Ahora me cuestiono 
cada segundo
si debo seguir el tempo de este daño. 
  

martes, 15 de noviembre de 2016

Ella es breve

No quieres destapar este desastre.
Hablamos de un barco a la deriva,
que sigue anclado a la orilla que abandona.
Un amante precoz
que acaricia las cadenas de sus errores.
Una trapecista que pierde el equilibrio
y todavía te busca más allá de su red.
Una voz enamorada del silencio.
Un poeta que sólo sabe escribir a su primer amor.
Hablamos de un caos
que adora la brevedad de las cosas eternas
y se ordena omitiendo que ama.
Por las noches no grita
no tiene ganas,
sólo escucha y presta atención a su calma.
Hoy ve a la vida alimentando una soledad divina,
y esa luna que brilla más que nunca
porque, como ella, sólo será esta vez.

jueves, 10 de noviembre de 2016

Para cicatrizar contigo dentro

Estamos ahí aunque aún no nos conocemos.
Ya tenemos un rincón, 

un refugio y un sofá donde recluirnos en libertad.
Somos animales capaces de destruirnos 

pero vamos a escoger otra manera.
No ha pasado aún, 

y sin embargo, 

ya sé que si algún día te convirtieras 

en una brecha en mi piel por culpa de algún error, 

arrancaría uno a uno cada punto 

y volvería a dejarte entrar;
para cicatrizar contigo dentro.
Y si dolieses en el corazón tanto como en la carne,
haría lo mismo con la ropa;
para cicatrizar contigo dentro.
Porque el dolor no me va a importar, 

el frío ni lo notaré, 

la conciencia ya la he perdido, 

los avisos no los oiré, 

las cosas que entiendo dejarán de tener sentido 

y los domingos serán un puto placer.
Por todo lo que ya sé y por lo que no adivino 

ni me atrevo a imaginar,
ya te quiero conmigo.
Y quiero hacerme con tu historia 

y quiero escribir el final.

En el aire

Te tengo atrapado en las pestañas.
Eres el sueño de
una noche invernal sin pijama.
Abrí los ojos antes de que acabaras,
y te has quedado enredado en la mañana.
Amanece casi naranja.
El mundo es una maravilla 

pero la humanidad lo mata.
Amanece casi azul.
La vida enseña pero nadie aprende nada,
y el pasado se angustia y los libros tiemblan.
Amanece casi rojo.
Hay un botón en mi cuerpo
que cede sólo ante tu peso,
y pacta con todo este desorden,
para que el momento sea sólo eso:
infinitamente,
un punto muerto
durante un instante,
un parón efímero en el tiempo.
Amanece y no existe la muerte
ni la desolación
ni la destrucción
ni la ambición
ni el desengaño.
Soy inmune al miedo
y nada puede hacerme daño.
Dura sólo unos segundos
pero vuelo.
Y una vez que vuelo
el mundo es mío y
tu vuelo es mío y
nos salvamos.
Paramos,
descansamos,
resucitamos,
y volvemos a volar.
Con los píes en el aire
el suelo no nos puede hacer temblar.

viernes, 4 de noviembre de 2016

El miedo

Es pregunta y problema. 
Es una cuestión de tiempo y a veces de espacio.
Es voluble y temerario. 
Es inmortal pero no invencible. 
Es fuerte, pero si soplas, su pedestal se tambalea.
Cuando lo besas en los labios 
y te vas y lo abandonas, 
sientes un hormigueo en los dedos 
y el poder de los valientes.
Algunos incluso caminan cogiéndolo de la mano, 
o pasean por encima sin dedicarle un simple gesto.
En mi caso huyo.
Corro, me escondo y no hago ruido.
Pero siempre me encuentra.
El miedo,
que todavía me estaba esperando,
en aquel lugar,
todas las tardes naranjas. 
Aún recuerdo la única vez que lo perdí,
lo olvidé en tu pelo,
tu risa,
tu mano,
tus ojos,
tu cuerpo, 
y tu boca,
cuando me quisieron. 

viernes, 21 de octubre de 2016

Oriónidas oníricas

Este es el minuto y el momento.
Cada vez que llueven estrellas el cielo se cuela en mi sueño,
y vuelvo a casa
a la luz de las lunas llenas
y la voz de un amor despierto.

Yo duermo
y tú nos resucitas.

Ya pasaba antes.
Pero nada ha pasado todavía.
Este mundo es nuevo.
Es otro sueño.
Y no sé si somos nosotros
o sólo nos parecemos.
Ahora tú buscas los besos
y yo escondo las excusas.
Ahora tú escondes la mano
y yo lapido la aventura.
Ahora tú te rindes
y yo pienso en otros.
Ahora tú me engañas
y yo me convenzo.
Ahora yo miento
y tú sólo miras.
No es nuestro momento
pero se parece.
Puedo notar el frío del suelo
morir ante la hoguera que es mi cuerpo.
Puedo ver desaparecer el espacio que nos separa
y oler tus miedos y tus ganas y otra vez tus miedos.
Puedo oír como llamo a los míos
y suplico que vuelvan
(eso no es algo nuevo,
tú espantabas mi cautela).
Y entonces aparece el peligro,
y le acojo como a un viejo amigo,
y le pido que me conceda un beso.
Ya no me veo,
me estoy olvidando,
vuelvo a dejar de quererme
y cierro los ojos mientras
unos labios de valiente
buscan a mi izquierda,
desde donde no me miras
y donde ya no existes.

Yo despierto
y tú nos olvidas.

No puedo matar lo que ya está muerto,
pero me haré la dormida.
La verdad es que si abriese los ojos no vería.
Las nubes tapan lo posible del deseo.

Oriónidas oníricas.

viernes, 23 de septiembre de 2016

Fugaz

El instante que lo cambia todo podría durar horas. 
¿Tendrá la vida paciencia suficiente para reconocerlo?
Mientras tanto, 
sólo existe un color, 
a una hora concreta, 
que sabe llenar tus ojos con ese instante, 
tan de media hora y de un segundo.
Nunca quise atraparte en mis pestañas, 
nunca quise que fueran una cárcel para tus sueños. 
Nunca quise que tú te asentaras como mi único sueño, 
siempre detrás, siempre bailando, siempre detrás, 
de un párpado al otro. 
Perdona por todo.
No debí soñar contigo,
 ni despertar a tus pies. 
No debí ahogarme en tus excusas, 
ni llorar por tus rincones.
No debí mentir con tus palabras, 

ni decirte la verdad cuando temblaba, después,
siempre,
después de arder;
cuando el árbol desfallece, 

las ramas tiemblan y sus años laten.
Sin embargo no me arrepiento.
Repetiría cada movimiento,

cada pequeño y singular vuelo de mis dedos por tu suavidad, 
cada ladrido, cada beso. 
Recrearía cada noche con su luz, 
y volvería a aprender a hacerlo después de olvidarte, 
como si leyese un libro nuevo.



miércoles, 14 de septiembre de 2016

No olvides, aunque llueva

No olvides, aunque llueva, 
que ayer el sol perseguía los girasoles de tus ojos, 
que cansados,
miraban a otro lado mientras este perdía toda su fuerza. 
Los mismos girasoles que hicieron brillar más que nunca tus pupilas 
y calmaron su sed con tu llanto. 
No olvides, aunque llueva, 
que ayer el cielo estaba despejado 
y se podía ver bailar a las colinas a puntito de besar el ocaso del verano.
El mismo verano que puso estrellas fugaces cerca de tus labios
para que tus susurros se cumplieran.
No olvides, aunque llueva, 

que fuiste una brizna de paja conquistando el mar dorado.
Libre.
No olvides, aunque llueva, 

que fuiste libre,
ayer,
antes de que la melancolía de la primera hoja perdida decidiera alojarse en tus pupilas.

martes, 12 de abril de 2016

¿Y tú qué prefieres, querer o que te quieran?

En mi boca sigue escondido el recuerdo
de un beso que inundó mi casa.
Las lágrimas más fáciles
mojaron todos sus nombres,
de rabia y por orgullo.
Pero nunca pude llorar de dolor.
La gente tiende a pensar
que cuando no se llora es que no duele.
Pero el dolor de verdad,
el que se queda,
no se limpia con el llanto
y siempre deja secuelas:
un tic en el ventrículo izquierdo
al oír la palabra 'verano',
una mueca extraña cuando alguien pide el café sin azúcar
o ese gesto involuntario
que te lleva la mano al pecho para intentar sujetarlo,
al chocar con su perfume en otro cuello.

-Yo quise quererte toda la vida-

Sé que sólo echo de menos
la sombra de todo lo que desee que fuera.
Pero echo infinitamente de menos
el efecto de aquella luz
sobre la figura que imaginé a mi medida.

-Una vez tuve en el oído
tus latidos,
y luego todo se apagó.-

Sé que quise tanto que odié
y sigo odiando,
porque la indiferencia
no quiere instalarse en mis nostalgias. 

Mordí su piel con tantas ganas
que nada ha vuelto a parecerse
a ese sabor caliente y letal
escondido ya en el tiempo de otra vida. 

Reconozco el escozor
en la cicatriz entreabierta de la duda,
cada vez que alguien me gusta.

Hoy sólo puedo lidiar con
historias que sé que acabaran. 
Y así, desde hace algún tiempo,
empiezo los poemas por el final.

- Estás en todas las palabras
que hablaron de amor.-

Cuando leo a Cernuda soñar con que el hombre pudiera decir lo que ama,
encuentro en la punta de mi lengua tu inicial.
Y me gusta.
Si Oliverio habla de la que vuela,
nos veo cogidos de la mano
en un mundo que envidia nuestras alas.
Y cuando Benedetti cuenta su estrategia,
recuerdo muchas tardes de invierno en el sofá.

Como le pasara a Vicente Huidobro,
si estoy triste,
apareces en todos los lugares donde pongo los ojos.
Y el escozor resucita,
la herida sigue viva porque es la única que tengo,
y yo siempre he preferido tiritar al ritmo del daño
a no sentir nada en las mejillas. 
Por eso me pasa,
que cuando el mundo de otros
se desmorona a mi alrededor
y busco en el dolor para entenderlo;
yo te echo de menos.

Pero ya no me da miedo,
entiendo que la vida es eso:
un sentimiento,
el que sea,
pero uno.



viernes, 4 de marzo de 2016

Como dos gotas de agua

Como dos gotas de agua
que caen en el lugar que corresponde
completando una vida;
así fue como llegaron ellas a su casa.
Y así un pueblo sumó dos,
y un niño aprendió a multiplicar
y las horas pasaron más rápido para aquellos que debían distinguirlas.
Como dos gotas de agua
vestidas con distinta luz
pasearon sus sonrisas húmedas
por la villa más encantada del planeta.
Y así empezaron los juegos,
y así las historias.
Y fueron dos en una
y nunca la una sin la otra.
Como dos gotas de agua,
imitando la magia de parecer iguales
siendo distintas.
Y así un río bañó su risa,
y el sol secó su piel,
y los árboles inmortalizaron nuestro abrazo
y alguien nos contó que el corazón
bombeaba la sangre más caliente en verano.
En verano.
Cuando las niñas crecen
los amigos se convierten en hermanos
las bicis descolocan siempre sus cadenas
los enemigos aparecen en el pueblo de al lado
y los amores son más susceptibles a hacerse daño.
En verano
cuando los lazos más humanos
tienden a convertirse en sólidos alambres
y la luna es cálida y los niños juegan a esconderse de la noche y todo es bueno.
Aquél verano
en que corrimos con cucharas sosteniendo huevos,
buscamos monedas en la harina,
mordimos manzanas colgadas en parejas,
adivinamos el número de casas que había en cea,
y bailamos con nuestras faldas de colores.
Como dos gotas de agua
buscaron el amor en la lluvia
sin saber que esta llora siempre desengañada y solo cree en el amor cuando lo empapa,
el consuelo voló de sus manos
y tuvieron que sostenerse.
Pero siempre encuentran otra oportunidad.
Rápidas, como la luz que atraviesa cada gota
y de la que nace un arco iris
Como agua que nunca cae sola.
 
Como dos gotas de agua
Llegaron a donde corresponde,
ocupando su lugar en nuestra hierva, en nuestra mesa, en nuestro banco, en la piedra del castillo que escalamos.
A la orilla de un río que baño nuestra risa,
y en un árbol que guardó en su corteza nuestro abrazo.

lunes, 29 de febrero de 2016

Cada día una distinta


 Belén               



La quise antes de que fuera posible,
y la quiero ahora,
que solo tiene nueve días. 
Ya presume de haber atrapado varios mundos
en su diminuto puño
y puede decir que en su nombre
brilla el recuerdo de otra vida.

Es sencilla,
como todas las cosas inocentes.
Respira curiosidad,
y tiene los ojos desbordados de futuro.
Ya existe en todo lo que está por inventar.

Es la estela de un deseo pronunciado en silencio,
la caricia que notan las flores cada primavera,
un beso
que sabe a eterno
sobre los labios indicados,
el olor de las cosas recién hechas inundando un hogar,
y el final de un invierno
que lloró nieve
cuando la vio llegar.

Culpable de que dos sean ya familia
y de que mi familia cuente un miembro más,
ella es un día de suerte en la vida,
o una vida de suerte gracias a un día.

Una semilla
que crece donde no se la esperaba
y cambia todas las cosas;
el paisaje de su historia,
la dirección de los caminos,
lo que puede y no puede ser la noche,
el curso de los ríos
y hasta los ciclos lunares.

Si quiere,
en su primer fin de semana, la luna se llena.

Cambia.
Es una distinta cada día.
Aquella que se durmió en mi pecho,
no es la misma que agarraba mi dedo
quedándose con mi corazón,
ni de la que me despedí después,
dejando en sus mejillas los pocos besos que le cabían.

Es una distinta cada día,
y el aire resopla ansioso por conocer todas sus versiones. 
Porque en su risa existe ya otro mundo, 
tan pequeño que cabría en la boca de una mariposa,
y tan grande que trastoca todos nuestros planes.
Porque atrapa
con el encanto de quien, sin pretenderlo,
embauca.
Porque su sueño estará vigilado
desde hoy y para siempre
por aquellos que tienen la tarea de inventarla superviviente.

En ella habita el tiempo que empieza a contar de cero,
con todas sus opciones,
y la maravillosa sensación de no saber qué es lo que espera.

jueves, 4 de febrero de 2016

Venenosos

Tiene en los ojos todas las noches
en que alguien robó una vida.
Sus manos están infectadas de olvido,
y cuando te acarician
se llevan las horas que otros emplearon en cuidarte.
Su boca es la mentira
que besa tus miedos
y te dice al oído 
todo lo que jamás quisiste oír
pero piensas que mereces. 
Es la mentira
que inventa que ella no quiso volver a por ti
y tú nunca la esperaste.
Es la mentira 
que inventa que en tus pulmones
no expiraron los gritos
que pronunciaban otro nombre con nostalgia.
Es la mentira
que te niega el calor de una madre,
el orgullo de un padre,
la lágrima de un hermano,
la mano de un amigo.

Es mentira.

Cada vez que sonríe
en sus dientes brilla
un segundo
la bestia agazapada que esconde
y el mundo se viene un poco abajo.
Cada vez que te toca
muere una flor en tu jardín.
Es peor que el invierno,
y arrasa con las vidas
que quisieron cobijarte.
Su nombre es Rabia
y ensucia las nubes
que debieran ser naranjas
cuando el sol se pone 
y tú no has vuelto a casa.
Su nombre es Ira,
no muere porque no está viva
y corroe todos tus suspiros
cuando la ilusión te busca.
Su nombre es Rencor,
y la amenaza
un arma que disfraza de inocencia
sabiéndose letal con ella.
Cada vez que cedes
cuando te dice que se va,
pierdes otro hogar. 
Su nombre es más feo
que una ausencia
y tú no te das cuenta.

Sin embargo,
el mundo gira en circunferencia,
y la vida,
que lo imita,
algún día borrará su suerte
con el mismo veneno con el que oscurece tus días.

El amor es un choque,
y no una carrera sin obstáculo
en una sola dirección
mientras alguien grita que llegas tarde.

Quién te quiere bien
no exige sacrificios,
quién te quiere bien
no esconde tu pasado,
quién te quiere bien
no te cambia,
quién te quiere bien te quiere.



Héroes

Por ejemplo.

John Heminges y Henry Condell
recopilando las obras de su amigo
William Shakespeare
siete años después de su muerte.

Eduard Leon grabando por primera vez
"Au Claire de la Lune" en voz de una mujer.

Bibliotecarios,
conservadores,
historiadores,
arquitectos
y archiveros
convertidos en soldados
para salvar
a la Maddona de Brujas de Miguel Angel
o el altar de Gante de los hermanos van Eyck;
la segunda vez que el mundo sucumbió a su propia vorágine de autodestrucción.

Una madre embadurnando en crema a su bebé.
La mía, cuando riega sus flores,
y a mi me parece ver a la vida cuidándose a sí misma. 

Un actor en la Inglaterra del siglo XVII
incapaz de interpretar la muerte de Desdemona;
por no saber cómo dejar morir tanta belleza.

La ladrona de libros salvando las palabras
de H.G. Wells
y a su hombre invisible
del fuego de la censura.

Un pueblo muy antiguo 
con nombre de río,
dejándose la voz
para salvar sus ruinas del olvido.

Es bonito pensar 
que en mil historias;
reales o ficticias,
en este mundo
y en todos los pasados,
ha habido siempre alguien
preocupado por preservar todo lo bello.




viernes, 22 de enero de 2016

Andorinha

Aquella semana hablaba de amor,
se preguntaba por la lealtad
y buscaba algo de buena suerte,
mientras Portugal saboreaba sus lágrimas
y nosotras cantábamos su canción.


Fuimos a enterrar los pies en la arena
y sepultamos nuestros desastres,
escondimos el corazón en el Algarve
para no poder volver a casa,
y dejamos más de lo que pensábamos
en las aguas heladas de todo aquél azul.


Ella es aquella que quiso contra todo,
la que apostó y se jugó el cuello,
la que camina con el brillo que descubre
a los que miran al mundo de frente
y pasean por encima del miedo.


Unos días antes, aquella semana,
un cobarde intentó hacerle creer
que su felicidad fue una mentira
solo porque él decidió fingir la suya.


La cobardía es, en estos tiempos,
una vieja altiva que disfraza de orgullo
a quien trata de esconderla.


Ella lo que esconde
es su pena.
Pero  si la miras a los ojos puedes ver
que se le han juntado todos los finales
y su historia cuenta ahora a pares
el desastre de traiciones que le dejan.


Sin embargo,
debe saber,
que lo más bonito de caerse es tener
quién te cure las heridas,
que le sobran brazos donde refugiarse
mientras sigamos vivas,
que siempre tendrá con quién compartir
los bailes que le restan;
que no dejará de sonar su timbre
ni dejaremos de esperar a su puerta.
que no puede huir de su libertad
porque las cuestas serán otra vez rectas.
cuando se le sequen las lágrimas.
Que pronto volverá a volar,
porque la valentía habita en sus alas,
y que las carcajadas explotaran de nuevo
en su pecho,
cuando vuelva,
deslumbrando al resto con su sonrisa nueva.


-Remonta el vuelo andorinha,
que todo lo demás vive y muere atrás.-

sábado, 9 de enero de 2016

Cuestión de qué

De todas las personas
que le han estrujado el corazón,
solo una
vio los girasoles 
que se escondían en sus ojos,
las tardes de verano 
que sus pupilas echaban de menos,
y los campos 
que formaron la antesala
de aquellos viajes de vuelta a casa. 
Ella se dio cuenta,
y supo
que iba a arrepentirse toda la vida
de no haber sabido
ejercer la misma fuerza
sobre el suyo. 
-Órgano caprichoso
y cínico. 
¿Puede saberse
por qué lates?
¿Por quién?-.